EL BAUTISMO Y TU IGLESIA
"Y sucedió que en aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán"
(MC 1, 9). Este pasaje tan importante para nosotros ha sido causa de
asombro para muchos, creyente y no creyentes. ¿Por qué se bautiza Jesús?
¿Tenía que bautizarse? . Sabemos que Jesús además de verdadero Dios es
verdadero Hombre, que es el Hijo de Dios. Jesús se hizo igual a nosotros
en todo, salvo en una cosa: el pecado; por tanto, tampoco heredó el
pecado original, ni tampoco fue contaminado por éste, ya que la Virgen
María, nuestra Madre, fue preservada por Dios de toda clase de pecado,
incluido el pecado original, ya que María iba a ser el primer sagrario
viviente en donde iba a morar Jesús.
¿Entonces? . Los Padres de la Iglesia nos explican este hecho con toda claridad.
1º. - "Porque
quien iba a establecer la Nueva Alianza convenía que reconociera y
aceptara la misión de su Precursor, siendo bautizado con aquel Bautismo"
2º. - "Para cumplir con toda justicia, lo que significa cumplir con la Voluntad de Dios".
El significado de la palabra justicia en la Biblia tiene variados
significados; entre ellos destacamos el de santidad, el de hacer la
Voluntad de Dios, el del cumplimiento de todo lo establecido por
Dios.
3º. - "Para darnos ejemplo de humildad".
4º. - "Para dar fuerza vivificante al agua del Bautismo"
Jesús no sólo va a redimirnos del pecado y anunciarnos la venida del
Reino de Dios, sino que además va a ser el espejo donde nosotros debemos
mirarnos.
En el anuncio que hace San Juan el Bautista vemos una descripción simbólica de Aquel que viene a continuación de él, para que no vean en él, en el Bautista, poder alguno, ya que el que viene detrás si lo tiene. “Y
predicaba diciendo: Después de mí viene el que es más poderoso que yo,
ante quien yo no soy digno de inclinarme para desatar la correa de sus
zapatos” (MC 1,7)
Juan se presenta como el precursor que anuncia la llegada del Mesías que bautiza no sólo con agua sino “en el Espíritu Santo”(MC
1,8).
Juan no habla en pasado, sino en futuro, no habla de que vendrá
un perdón, una reconciliación, sino que ya está aquí el que tiene el
poder para perdonar y quien nos va a reconciliar con Dios. Anuncia que
la salvación ya ha llegado.
Cuando Juan el Bautista hace referencia a que “es más poderoso que yo”, no se refiere lógicamente a fortaleza física, sino que podemos traducirla como autoridad.
Jesús es Dios y por tanto es el único que habla con Autoridad, con
auténtico conocimiento de Dios.
Veremos como cuando Jesús predica, las
gentes se quedan maravilladas de su predicación, no sólo porque
predicaba con amor, atendía a las gentes con amor, sino también porque
lo hacía con Autoridad
Nos narra San Marcos que "nada más salir del agua vio los cielos abiertos y al Espíritu que en forma de paloma, descendía sobre Él; y sobrevino una voz desde los Cielos:
Tú eres el Hijo mío, el Amado, en Ti me he complacido"
(M1,). ¿Pero qué significa esta presencia del Espíritu Santo?.
Jesucristo es Dios y por lo tanto posee la plenitud del Espíritu Santo, y
esta plenitud la poseía desde el momento del la Concepción, lo cual
esta definido por el dogma de fe de la unión hipostática;
es decir, la
unión de la naturaleza humana con la naturaleza divina.
Esta presencia
del Espíritu, este descendimiento sobre Jesús, nos expresa "que así como Jesús iniciaba de modo solemne su oficio mesiánico, el Espíritu Santo comenzaba su acción por medio de Jesús".
Con la presencia del Espíritu Santo comienza Jesús su ministerio
público. También hay que hacer notar que el Señor no recibe su filiación
divina con el Bautismo, como nosotros, sino que es Hijo de Dios desde
toda la eternidad.
Tú eres el Hijo mío, el Amado, en Ti me he complacido, leemos en San Marcos estas afirmaciones de Dios Padre, dirigidas a Jesucristo, “el Padre declara su amor sin límites”
“Esta
explosión sin límites de amor divino es la respuesta al compromiso de
Jesús y la aprobación plena de la línea que se ha propuesto seguir”.
Jesús se hace uno como nosotros, excepto en el pecado,, para liberarnos
de la muerte eterna, para reconciliarnos con el Padre, y lleva su
misión hasta la Cruz.
El Padre permite la entrega de su Hijo por
nosotros
Respecto a la figura de la paloma con la que se presenta al Espíritu
Santo los Padres de la Iglesia la significan que Jesús nos trae la
reconciliación con Dios.
Si echamos una mirada hacia atrás, y más
exactamente al pasaje del Diluvio Universal descrito en la Biblia, la
paloma vuelve a aparecer como símbolo de la reconciliación entre Dios y
los hombres, "la paloma regresó al atardecer, trayendo en su pico una rama verde de olivo" (Gen 8, 11).
Otra controversia surge acerca si esa presencia del Espíritu Santo, y
la audición de la Voz de Dios fue oída y vista por los allí presentes o
solamente por Jesús y por Juan. Los Padres de la Iglesia afirman que lo
descrito en los Evangelios sobre este fenómeno ocurrido tras el Bautismo
de Jesús pudo ser contemplado y escuchado por los allí presentes; es
decir, fue una realidad externa, si bien algunos teólogos cristianos se
definen por la realidad interna; es decir, que sólo participaron de esta
presencia y de esta audición Jesús y el Bautista.
Tras este Bautismo de Jesús, el Señor nos va a hablar de un nuevo
Bautismo que ha de recibir. En efecto Lucas y el mismo Marcos nos
describen en sus Evangelios estas palabras.
"Podréis... recibir el bautismo con que yo soy bautizado"
(MC 10, 38), les dice Jesús a los hijos del Zebedeo, cuando tratan de disputarse que lugar ocuparán al lado del Señor.
"Tengo que ser bautizado con un bautismo...
"(Lc
12,50).
Está claro que a aquel primer bautismo en las aguas del Jordán
le habría de seguir otro, el bautismo de sangre, con su muerte en la
Cruz, con la que nos alcanzará la Reconciliación con Dios.
Y así nos lo
reflejan los autores cristianos:
Con el bautismo de Jesús en el Jordán,
el Señor comenzó a lavarnos los pecados;
con su muerte, asumió nuestros
pecados.
Por tanto sin con su muerte asumió nuestros pecados, con su
bautismo en el Jordán se bautizó por cada uno de nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario